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La estructura de una avioneta realizada con tubo de acero y una manga de viento forman hoy en Salburua el único guiño a aquellos días
El aeropuerto de Salburua, otro aeródromo vitoriano sin suerte

El aeropuerto de Salburua, otro aeródromo vitoriano sin suerte

Hace 80 años se inauguraba con todo boato el segundo aeródromo de Vitoria en las campas de Salburua, que tomaba el relevo del de Lakua, y del que salieron los aviones que bombardearon Gernika y en el que se mató el general sublevado Mola

Francisco Góngora

Miércoles, 14 de octubre 2015, 01:22

No ha tenido suerte Vitoria con sus aeropuertos. Van tres en su historia y ninguno fue nunca viento en popa. Algo que no se corresponde con la pasión que los vitorianos pusieron en esto de volar desde el principio. Aquí surgieron escuelas de vuelo y aquí construyó Heraclio Alfaro el primer avión español que volaba. Estos días se ha cumplido una efeméride que ha pasado sin pena ni gloria. El 29 de septiembre de 1935 fue inaugurado en el campo denominado Zalburu, al oeste de Vitoria, el aeropuerto que sustituía al primero, el de los pioneros, el de Lakua. Han pasado 80 años.

Entre otros, el piloto vitoriano Jesús MartÍnez de San Vicente reclamaba un nuevo aeródromo ante la demanda de vuelos. El había decidido montar una escuela de aviación. Entre 1931 y 1932 volaron con él más de 600 personas. La Aeronáutica republicana se tomó en serio la propuesta. Y en 1934 autorizó la construcción de un nuevo campo de vuelo. Tenía a su favor la consideración de estar en las rutas Madrid, Francia y Vascongadas-Levante. Una comisión técnica eligió las campas de Zalburu y descartó otras propuestas en Otazu y Lasarte. El Ayuntamiento y la Diputación cedieron los terrenos.

Es conocida la participación de José Martínez de Aragón, otro piloto vitoriano, en la consecución del objetivo -su familia donó terrenos para sacar adelante el proyecto- hasta el punto de que se decidió ponerle su nombre después de que muriera unos meses antes de la inauguración cuando volvía de Madrid de participar en alguna de las reuniones preparatorias y llevaba el documento administrativo para el comienzo de las obras.

Los tres ases vitorianos

Martínez de Aragón, además de un gran aviador, compañero de los tres ases vitorianos, Hidalgo de Cisneros, Ciria y Alfaro Fournier, se enfrentó a la dictadura de Primo de Rivera y participó en el golpe de estado de Cuatro Vientos en 1931, meses antes de la llegada de la República. Además se consideraba como el primer piloto español al que se atribuye haber realizado un looping o giro vertical de 360 grados en los primeros meses de 1913 a bordo de un Morane Saulnier.

El periodista Pedro Gorospe, piloto también, ha escrito que «junto al jardín aromático que recuerda hoy el desaparecido aeropuerto no existe, sin embargo, ninguna referencia al aviador. La estructura de una avioneta realizada con tubo de acero y una manga de viento forman el único guiño a aquellos días en los que volar seguía siendo una aventura incierta, una aventura que al pionero alavés le costó la vida».

La víspera del día de la inauguración llegaron los aviadores Lloré y Martínez de Pisón. Y por la tarde, Urdiales y Del Barco, la flor y nata de los pilotos republicanos. También estuvo presente María Josefa Colomer, primera piloto femenina de Cataluña. En total llegaron unos 16 aparatos procedentes de todos los aeródromos españoles. Con toda la retórica de siempre, Emilio Lloret, secretario de la Federación Aeronáutica Española elogió en su discurso las «inmejorables condiciones de nuestro aeropuerto, afirmando que el nuevo campo de aviación era uno de los más importantes de España, estando su puesto junto a los de Sevilla y Barajas». Ahí queda eso.

La inauguración tuvo lugar a las once y media y asistieron además de las autoridades de la aviación, el gobernador civil, Bermúdez de Castro, el presidente de la Gestora foral, Luis Dorao; Díaz de Junguitu en representación del alcalde y otras autoridades. Tras terminar los actos de la inauguración se dio entrada a un numerosísimo público. Por la tarde, hubo una exhibición de todos los aviones que habían llegado por la mañana.

El bombardeo de Gernika

El aeródormo de Zalburu o de Martínez de Aragón pudo demostrar poco después sus excelentes cualidades porque fue utilizado por las fuerzas sublevadas en sus ataques a los republicanos. Y también tuvo un protagonismo en el bombardeo de Gernika. A finales de marzo de 1937, en vísperas de la ofensiva franquista para romper el frente de Álava, se contaban en el entonces aeródromo Martínez de Aragón unos 80 aeroplanos alemanes. Entre ellos, los modernísimos Messerschmitt Bf 109, monoplanos que, mejorados luego con una pala más en la hélice, fueron la base de la Luftwaffe alemana durante la II Guerra Mundial. El mejor caza del mundo del momento, que Hitler mandó probar en los cielos españoles, rodaba en las praderas de Salburua.

Aquella enorme fuerza aérea -los primeros habían llegado en septiembre de 1936- aumentada con aparatos italianos de la Aviación Legionaria fue decisiva en la victoria franquista. Se probó con furia en Durango, Gernika y otras localidades vascas. Los efectos de aquellos bombardeos indiscriminados fueron devastadores. El 70% de la villa vizcaína que guarda el sagrado árbol vasco desapareció y se ametralló sin compasión a la población civil. Guerra de terror. En poco menos de tres meses, los requetés entraban en Bilbao, tras una lucha desigual en la que la aviación tuvo mucho que ver. De la presencia en suelo vitoriano de la expedición aeronáutica alemana, denominada Legión Cóndor, se ha escrito mucho aunque existe poca documentación en los archivos públicos alaveses. Es como si se hubiera querido enterrar una triste pero real parte de la historia de la ciudad.

Además de los primeros Messerschmitt que volaron y que participaron en el bombardeo de Gernika y en el ametrallamiento de la población, hubo aviones como el Airspeed As-6 Envoy, de origen inglés, en el que el 3 de junio de 1937 se estrelló en Alcocero (Burgos) el general Mola que luego dio nombre al aeropuerto. El gran muñidor del golpe de estado fascista utilizaba este avión comercial para sus desplazamientos. El aeroplano había pertenecido al Ejército de la República, pero el élebre piloto Fernando Rein Loring se pasó a los franquistas y lo llevó hasta Pamplona, donde Mola era gobernador militar.

Por Salburua pastaron los famosos 'Chirri', nombre popular del Fiat CR-32, el caza más destacado de la primera época de la guerra, de origen italiano; las 'Pavas', los biplano Heinkel He-46; los 'Rayo', los Heinkel H-70; los 'Angelitos', nombre para el Henschel HS- 123; los 'Bacalaos' o Dornier Do-17; y los 'Pablos' nombre que definían al Junker Ju-52 , sin duda, el más utilizado para transporte de tropas y para bombardero. Echó las bombas sobre Gernika, igual que el Savoia 79, un avión italiano que batía todos los récords de velocidad. También aterrizó el Douglas DC-2 denominado 'Vara de Rey', en homenaje al capitán de ese nombre que lo averió a tiros para que no fuera usado contra los sublevados. La mayor parte de los cazas que actuaron en Gernika salieron de las pistas del todavía 'Martínez de Aragón'. Y la operación se engendró en Vitoria porque aquí estaba situado provisionalmente el cuartel general de la Legión Cóndor desde el 29 de marzo.

El 16 de agosto de 1937 Iberia que había nacido diez años antes reinicia sus vuelos comerciales con una línea que unía Tetuán-Sevilla-Cáceres-Salamanca-Burgos-Vitoria y utilizaron los famosos 'pablos' o Junkers JU-52, alquilados a Lufthansa. Hubo otras líneas durante la Guerra Civil, pero finalizada esta y comenzada la II Guerra Mundial, los aliados cortaron el suministro de combustible a España. No se podía volar.

El aeropuerto General Mola, llamado así desde 1937 se volvió a abrir al tráfico aéreo en 1948. Su pista era de 900 por 60 metros. Un barracón de madera y una sala de viajeros. Pero tenía un gran inconveniente, la cabecera cruzaba la N-1 y hubo que poner un paso a nivel con barreras. En 1952 se abrió una nueva línea Madrid Vitoria por parte de Aviaco que duró poco tiempo. En 1953, el homenaje a Heraclio Alfaro permitió la creación de un potente aeroclub que utilizó sus instalaciones. El tráfico aéreo, sin embargo languidece y en 1966 cuando se abre al tráfico aéreo solo aterrizan aviones privados y deportivos.

En los años 70, diez años antes de la inauguración de Foronda la prensa local lo llamaba ovejódromo porque en vez de aviones, lo que abundaba en sus pistas eran los rebaños de oveja. Eso sí. Muchos proyectos de relanzar el aeropuerto, pero escasos aviones. Solo los deportivos del Aeroclub Heraclio Alfaro. Y un pequeño destacamento militar.¿Les suena?

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