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Sergio Carracedo
Lunes, 12 de mayo 2014, 01:30
Este año se cumplen 40 años de la emisión de la primera tarjeta bancaria en España. Desde aquel 14 abril de 1974 en el que se materializó la primera de ellas, los sistemas de pago han evolucionado tanto como la sociedad. Las operaciones que ahora ... permiten las tarjetas van más allá de la consulta de saldo y de la retirada dinero a que estaban limitadas a mediados de los 70. Mientras llegan otras formas de realizar desembolsos, como el pago por móvil, Kutxabank convertirá a Vitoria en la primera ciudad contactless de Euskadi, y, "por su grado de implantación, también del Estado", apunta la entidad financiera. Esta tecnología sin contacto será capaz de registrar el cobro, con un límite máximo de 20 euros, sin necesidad de insertar la tarjeta en un datáfono ni teclear el número PIN; bastará con acercarla a un dispositivo.
La llegada de la contactless revoluciona el modo de los pequeños pagos sin alterar demasiado la apariencia externa de las tarjetas bancarias, que perviven como tales. Tanto las de hace 40 años, como las de última generación son de material plástico y de 8,5 centímetros por 5,4. Aunque pueden parecer similares, en su interior albergan un sofisticado y evolucionado sistema que ha permitido que estos elementos de pago hayan ganado en seguridad. De la banda magnética al chip y del chip al 'contactless'.
Las primeras tarjetas y los cajeros supusieron una revolución en la Vitoria de 1976, que contaba entonces con unos 175.000 habitantes. La ciudad comenzaba su desarrollismo con una joven Michelin, que cumplía 10 años, y la factoría de Mercedes que fabricaba aquellas furgonetas que, en la mejor de las condiciones, alcanzaban los 100 kilómetros por hora. Fue en esta época cuando las dos cajas que formarían años después la Caja Vital, se lanzaron al reto de instalar cajeros y a emitir tarjetas.
El primer Telecaja de Vitoria
La Caja Provincial se adelantaría a la Municipal, y el 17 de noviembre de 1976 inauguró en su sede de la calle Independencia 1 el primer cajero automático de Álava con el que se abría la posibilidad de poder extraer dinero a cualquier hora del día o de la noche, como anunciaban en aquella época las entidades financieras.
El primer cajero automático de Álava se denominó 'Telecaja'. El día de su inauguración, los responsables de la Provincial explicaron que el servicio consistía en "una auténtica oficina de autoservicio situada en plena calle" que permitiría a sus clientes efectuar depósitos, extraer dinero y conocer el saldo de su cuenta.
Los responsables del lanzamiento de esta tecnología punta para la época, destacaban que la Telecaja la podían utilizar toda clase de clientes de la Caja Provincial y que, en cualquier momento, cada impositor tendría a su disposición la totalidad del volumen de su cuenta.
La caja Municipal no andaba lejos de su hermana la Provincial. Dos días después de la primera Telecaja, el viernes 19 de noviembre de 1976, cuando la caja Municipal de Vitoria celebraba su 125 aniversario, una reunión en el Ayuntamiento finalizó con la visita al edificio social de la Caja y con la inauguración de los nuevos servicios: fichero integral de clientes y cajero automático. Eso fue tras la consiguiente misa en la Catedral Nueva y la visita en autobús al nuevo campo de deportes de Abetxuko, a las obras del pasaje comercial Postas - General Álava y a la zona "de expansión urbana e industrial de la ciudad de Actur-Lacua donde se proyectaba "para un próximo futuro" la construcción de 24.000 viviendas.
Sin embargo, el proceso de implantación de cajeros fue lento y progresivo. En Semana Santa de 1981 la Caja Provincial anunciaba en ELCORREO que sus oficinas cerrarían los cinco días festivos pero que la entidad tenía "la solución para sus clientes: Telecaja". En esa fecha ya era posible disponer de dinero "a cualquier hora del día o de la noche en Independencia 1, Avenida Gasteiz 52 y Reyes Católicos 26. Para ello había que solicitar la "tarjeta exclusiva de Telecaja".
Dos años después, la Provincial ofrecía a sus clientes «la llave de su caja» para poder disponer de dinero en seis lugares de la capital alavesa. A los anteriores se sumaron los cajeros de San Prudencio 30, Independencia 3 y la Residencia Ortiz de Zárate (Txagorritxu).
El impulso definitivo
En 1983 llegaría el impulso definitivo de la Provincial a su "Telecaja". Una inversión «significativa» para la compra de 20 cajeros, según apunta Neli Sagredo, de Kutxabank, y el «lanzamiento masivo de tarjetas» fueron los dos hitos que marcaron el proceso de universalización del uso del 'plástico' en Álava que no llegaría hasta los años 90. Sagredo, responsable en buena medida de este proceso, destaca la importancia que tuvo a finales de los 80 el avance en el pago con tarjetas en comercios.
Los destinatarios de las primeras tarjetas emitidas por las cajas alavesas fueron sus principales clientes de entonces, las familias. Incluso los niños contaron con su propia versión "de Colores". Siete años después, en 1990, se unieron las dos entidades para formar la Caja Vital. La red de cajeros volvió a crecer y llegó la TeleCaja Joven. Tras la fusión de la Vital con la Kutxa y la BBK, la red de Kutxabank ascendió a 200 puntos en Álava y sus clientes pueden disponer de hasta doce tipos de tarjetas diferentes. Ello hace que la entidad tenga en funcionamiento entre los alaveses cerca de 200.000 tarjetas.
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