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Este árbol luce todo su colorido en Zaramaga. / ïñigo Miñón
Ganchilleros urbanos en Zaramaga
El 'yarn bombing' gana adeptos en vitoria

Ganchilleros urbanos en Zaramaga

Vitoria y otros pueblos de Álava sucumben a una nueva moda importada de EE UU, Australia y Reino Unido. En el caso de Zaramaga, con un fin de reactivación social del barrio

SERGIO EGUÍA

Martes, 8 de octubre 2013, 12:23

'Yarn bombing' se llama. El nombre es casi tan complicado como esta práctica de arte urbano que poco a poco va cuajando en diferentes puntos de Álava. Literalmente significa bombardeo de hilo y pese a lo que cuesta pronunciarlo la idea es bastante sencilla Se trata de abrigar árboles -lo más frecuente entre nosotros-, elementos del mobiliario urbano y hasta vehículos con piezas de ganchillo de los más llamativos colores. Algo así como un grafitti con lana con el que se busca dos cosas. Por un lado destacar una manualidad que había caído en desuso en nuestra sociedad y además llamar la atención sobre algún asunto de especial interés social.

De hecho, durante la semana de la movilidad no es raro que muchos troncos de diferentes localidades acaben vestidas para la ocasión. El de la foto, sin embargo, está en Zaramaga, y responde a otra iniciativa ciudadana. Bajo el lema de Zaramaga Hankaz Gora ('Patas arriba'), los alumnos de la Escuela de Arte, en colaboración con colectivos como Gasteizko Amamak y los comerciantes del barrio idearon esta fórmula de dinamizar el barrio de una manera diferente. Hubo muchas actividades, como un jardín vertical o una alfombra gigante, pero en el caso concreto del ganchillo arbóreo fueron las las amamas quienes se pusieron a tejer para vestir los arboles, acompañadas de otros muchos aficionados a esta técnica. Y les gustó tanto la experiencia, cuentan algs participantes, que han decidido seguir hilando para donar así gorros y bufandas a gente que se encuentra en riesgo de exclusión social.

Según parece esta práctica entre los artístico y lo reivindicativo nació en Houston en 2005. Y todo porque colocó en el picaporte de su tienda un retal que le había sobrado en una tarea de tricotado. De esa chispa, que bien podría haberse apagado sin mucho brillo, prendió toda una corriente que en 2008 llamó la atención internacional gracias al Knit Knot Tree, la intervención de un grupo denominado Jafagirls que luce en un pueblo de Ohio. Poco a poco la cosa fue creciendo y hoy hay verdaderas protestas a base de lana y nudos en las que sin previo aviso una estatua o toda una plaza aparece cubierta por los textiles. En Londres fue famosa una cabina de teléfono completamente forrada.

En Madrid, la 'Mujer con espejo', de Botero, instalada en la plaza de Colón amaneció el pasado enero tapadita por una colcha. Y la retirada de la prenda supuso un bombazo de críticas al Ayuntamiento de la capital en las redes sociales. Dame un punto de ganchillo y moveré el mundo.

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