Los 'puntos negros' de la premiada vía verde del ferrocarril Vasco Navarro

La Vía Verde del Ferrocarril Vasco Navarro es un corredor ecológico excelente. Así lo certifican los cerca de 200.000 usos que lleva durante este año y el tercer premio a la Excelencia recibido en Portugal recientemente de manos de la European Greenways Association, organismo avalado por la Unión Europea. Este galardón ha puesto todas las miradas sobre la mejor vía verde del País Vasco y la más larga, con cerca de 85 kilómetros. Sin embargo, la histórica ruta del ferrocarril tiene algunos puntos negros que manchan su currículum y que una vez solventados redundarían en la belleza y en la accesibilidad al viejo trazado lo que se traduciría en un uso mayor y más cómodo.

El premio también ha servido de estímulo para reactivar el proyecto que se ha alargado durante cerca de dos décadas. Desbroces de las orillas de la vía y el repintado de los pasos de cebra han sido algunos de los últimos trabajos. Otras actuaciones de mayor envergadura esperan su turno.

1.-La conexión con Olaranbe

Si bien el ramal norte, el que va de Vitoria a Arlabán, está convenientemente enlazado desde Portal de Betoño, el ramal sureste -el que va a Estella- tiene una importante contrariedad denominada carretera. Si de algo puede presumir una vía verde es de alejarse de las vías con vehículos a motor y, en este caso, el peatón o el ciclista se ve obligado a compartir calzada con turismos, motos y camiones durante un kilómetro, desde Puente Alto hasta 500 metros después de las instalaciones deportivas de Olaranbe, cerca de Otazu. Este tramo ha sido marcado como punto problemático por su alto grado de siniestralidad.

Según ha podido saber este periódico, existe un plan para realizar esta conexión, por lo que la solución para recuperar este kilómetro del trazado parece estar más cercana. Un carril bici que conecte Vitoria y Otazu, daría servicio a la vía verde y también a los centenares de niños y jóvenes que acceden a Olaranbe para asistir a sus entrenamientos semanales del club Aurrera.

2.-La conexión del ramal de Landa con el de Estella

Cuando los dos ramales del Vasco Navarro llegan a Vitoria las huellas del trazado se pierden. En Betoño, por un lado y en Olaranbe, por el otro. Ello obliga al usuario de la vía verde a buscar alternativas para enlazar uno con otro si quiere dar continuidad a su ruta. Algunos colectivos han solicitado un carril bici por donde discurría el ferrocarril, pero diferenciado o marcado de manera distinta para que el usuario de la vía sepa que circula por un recorrido histórico.

3.-El edificio de Puente Alto

Es el único vestigio del Ferrocarril Vasco-Navarro que queda en Vitoria. Se trata del edificio de Automotores situado en Puente Alto y que perteneció a la estación intermodal de Olarizu. Los últimos años han sido sinónimo de incertidumbre para este singular edificio que se encuentra sin techumbre y en estado de ruina. Un borrador del plan de expansión de la ciudad lo sentenciaba en 2007 a su derribo mientras que el Gobierno vasco estimaba "necesario" que el inmueble tuviera "una protección local" como medida preventiva "ante su posible desaparición". La Dirección de Patrimonio apostaba por "su reutilización y reforma al servicio de nuevos proyectos para su puesta en valor", mientras que diversos colectivos han reclamado el adecentamiento y la rehabilitación del antiguo centro de automotores. Quienes lo han hecho con más ahínco han sido los miembros de la Asociación de Amigos del Ferrocarril Vasco Navarro y la Sociedad Landazuri. "Es el punto ideal para que en este edificio exista una instalación para el préstamo de bicicletas. En la parte superior podría habilitarse un punto informativo de la Vía Verde y de lo que fue el ferrocarril", proponía la Sociedad Landazuri hace un tiempo.

«Difícilmente se podrá entender el trazado del antiguo ferrocarril vasco navarro y su servicio a Vitoria sin conservar los inmuebles que le dieron origen», apremiaba entonces la Administración vasca. Seis años después de este debate, los únicos cambios en el edificio han sido en el sentido del deterioro. El consistorio vitoriano resolvió entonces no derribar el edificio y trasladar los restos del puente que dan nombre al lugar a una rotonda prevista en las inmediaciones.

4.-Un pequeño tramo en Antoñana

Entre Antoñana y Santa Cruz de Campezo hay otro pequeño tramo sobre el que se han puesto las lupas forales. El trazado del ferrocarril se pierde unos metros después de la antigua estación de Antoñana, en las inmediaciones del centro de interpretación del Vasco Navarro, durante cerca de medio kilómetro. La alternativa actual es una carretera vecinal poco transitada que tras superar un paso elevado se accede de nuevo al camino verde. En este punto incompleto del trazado, una antigua fábrica de asfalto y algunos terrenos particulares son los escollos a superar. La Diputación trabaja ya en la elaboración de un plan para su adecuación como vía verde aunque para este año no dispone de una partida presupuestaria destinada a afrontar dicha obra de acondicionamiento.

5.-El túnel de Laminoria

El túnel de Laminoria es quizá el mayor obstáculo para recuperar por completo el viejo trazado del ferrocarril Vasco Navarro entre Vitoria y Estella. Este túnel, que sirvió también de conducto para traer agua del río Ega a la Llanada se encuentra deteriorado y con algunos hundimientos por lo que está cerrado al tránsito. La alternativa es subir por una pista con fuertes pendientes hasta el puerto de Guereñu y descender hasta la ermita de Santo Toribio, punto donde se retoma la vía verde. Las empinadas cuestas de esta dificultad montañosa son un problema para los ciclistas poco acostumbrados a los desniveles.

Fuentes consultadas apuntan que la solución pasa por "desanexionar" la vía verde de la cantera de Laminoria -la mina de áridos más grande del País Vasco-, ya que el vial de salida de la boca sur del túnel es propiedad de la empresa que la explota.

6.- El tramo de Navarra

En la parte navarra del recorrido, restan por acondicionar un tramo de unos 12 kilómetros, desde Murieta hasta Estella, aunque en algunas zonas es posible seguir el trazado. Desde la asociación TEDER apuntan que están a la espera de financiación una vez que han presentado el proyecto de acondicionamiento en el Ministerio.

7.-La vertiente guipuzcoana

En la provincia vecina han recuperado algunos tramos del antiguo corredor ferroviario, aunque es imposible seguir la ruta verde a partir del límite de Gipuzkoa, en el puerto de Arlabán. Laderas derrumbadas y túneles hundidos hacen impracticable el camino que se dirigía a Eskoriaza por las pendientes lomas de descenso de Arlabán a Salinas. Sin embargo, sí están en funcionamiento los carriles bici de Eskoriaza a Bergara y de Mondragón a Oñate.