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ETA arrasa con una bomba de 70 kilos el centro de Calahorra
Terrorismo

ETA arrasa con una bomba de 70 kilos el centro de Calahorra

El terrorista que llamó a la DYA de Bilbao advirtió de que el artefacto era muy potente y pidió al telefonista que se diera prisa

ÓSCAR B. DE OTÁLORA o.b.otalora@diario-elcorreo.com

Domingo, 23 de marzo 2008, 16:19

La explosión que el viernes devastó el centro de Calahorra estuvo provocada por una bomba cargada con unos 70 kilos de un explosivo aún no determinado. El artefacto, colocado en un vehículo robado dos horas antes a punta de pistola, causó graves daños en el cuartel de la Guardia Civil de la localidad riojana, arrasó la calle Gallarza, hirió a un agente y a un niño y desató el pánico en el municipio, ya que la detonación fue audible desde todo el casco.

La explosión había sido anunciada a la una y media de la tarde por un hombre que, en castellano y sin mostrar ningún tipo de nerviosismo, llamó por teléfono a la DYA de Bilbao para anunciar en nombre de ETA que una bomba iba a estallar junto al cuartel de la Guardia Civil de Calahorra. «La Rioja», precisó. El terrorista dio detalles minuciosos del coche que ocultaba el explosivo y del lugar en el que estaba aparcado. Antes de colgar, preguntó al operador del servicio de emergencias si había comprendido y éste le pidió que repitiera todos los datos. El etarra así lo hizo pero añadió dos precisiones. Avisó de que la bomba era muy potente y pidió al telefonista que se diera prisa. «Gora Euskal Herria askatu», gritó el comunicante a modo de despedida.

La llamada puso en marcha todos los mecanismos de emergencia en Calahorra. Los guardias civiles comprobaron que en la calle Gallarza, en la zona trasera del cuartel, había efectivamente un 'Honda Civic' idéntico al que había descrito el terrorista. Para entonces, las dieciséis familias que residen en las instalaciones del instituto armado ya estaban siendo desalojadas. Los agentes, con la ayuda de la Policía local y de los bomberos, establecieron un cordón de trescientos metros alrededor del vehículo sospechoso. En apenas veinte minutos consiguieron despejar la zona.

A las dos de la tarde, exactamente la hora que había anunciado el miembro de ETA, el coche bomba estalló por los aires. La onda expansiva devastó la calle Gallarza, donde hay dos edificios con alrededor de cuarenta vivienda. Desgarró el pavimento. Arrancó de cuajo persianas y objetos de mobiliario urbano. Las lunas de los comercios saltaron por los aires hechas añicos. Un guardia civil resultó herido leve al sufrir una contusión al caer al suelo tras el estallido, al igual que un menor. Los servicios de emergencia atendieron a un total de quince personas por cortes causados por los cristales rotos. Fuera del cordón policial se encontraban cientos de personas que habían asisitido a una procesión. Al escuchar el estallido se vivieron escenas de pánico. El 'Honda Civic' que acababa de explotar había volado treinta metros hacia el lado contrario de la calle y abierto un boquete de tres metros de diámetro en el asfalto.

La deflagración afectó a alrededor de cuarenta viviendas y a un edificio de la delegación de Hacienda. El Ayuntamiento habilitó un albergue para que se pudieran alojar las sesenta personas cuyas casas resultaron dañadas, así como los dieciséis agentes que residen en la casa cuartel. Durante el viernes y toda la jornada de ayer, los servicios de limpieza de Calahorra estuvieron trabajando para despejar la calle y permitir que los vecinos de Gallarza pudieran acudir a sus hogares a por efectos personales. En la planta baja del Consistorio se habilitó una oficina para que los damnificados presentaran las solicitudes de indemnización. El alcalde, el popular Javier Pagola, lamentó ayer que el Ministerio de Interior no se hubiera puesto en contacto con las autoridades municipales para orientarles sobre cómo realizar los trámites.

Atados a un árbol

Mientras la localidad encaraba los efectos de la explosión, los investigadores recibieron la misma tarde del viernes el primer dato para clarificar cómo ETA había planificado el atentado. Una llamada en nombre dela banda terrorista avisó a la Ertzaintza de que dos personas estaban atadas a un árbol en las inmediaciones del Puerto de Herrera, en territorio alavés lindante con La Rioja. Se trataba de los ocupantes del 'Honda Civic' que fue utilizado para el ataque.

El automóvil había sido robado a punta de pistola por dos terroristas encapuchados apenas dos horas antes de la explosión. Los etarras abordaron a dos personas que se disponían a realizar senderismo en la sierra de Toloño y les obligaron a que se sentaran en el asiento trasero de su vehículo. Allí les cubrieron la cabeza con una bolsa para que no pudieran ver nada y estuvieron alrededor de media hora circulando sin detenerse.

Luego, los terroristas pararon el automóvil e hicieron descender a sus rehénes para atarles a un árbol. Les ordenaron de que, al menos en una hora, no hicieran ningún intento por escaparse y les aseguraron que, pasado ese tiempo, ellos se encargarían de que alguien acudiera a liberarles. Cuando la Policía vasca recibió el aviso de ETA se dirigió al paraje indicado y encontró a los dos ocupantes del coche. Tras liberarles les condujeron a la comisaría de Laguardia para que prestasen testimonio.

El 'modus operandi' de la banda ha sorprendido a las fuerzas de seguridad, ya que hacía tres años que ésta no secuestraba a dos personas en España para robarles el vehículo. Los investigadores creen que, por el tipo de operativo, el comando lo formaba un número de personas superior al habitual en sus acciones. Al menos, dos terroristas para robar el automóvil y un número no determinado para viajar en otro coche, con el que se desplazaron hasta Calahorra y en el que llevaban la bomba.

Dada la forma de actuar, los expertos creen que el grupo podría disponer también de un vehículo lanzadera -que viaja por delante para localizar supuestos controles policiales-. Alrededor de media docena de etarras pudieron, por lo tanto, participar en la acción. Por otra parte, el hecho de que la bomba hubiera sido montada en el 'Honda Civic' robado confirma las sospechas de las fuerzas de seguridad de que el comando que actúa desde hace meses en el País Vasco cuenta con un taller en el que fabrica explosivos.

ETA intentó atentar en La Rioja el pasado mes de septiembre, cuando colocó un coche con 60 kilos de amonal que no llegó a estallar frente a la delegación de Defensa. Entonces recibió el automóvil desde Francia. En Durango, donde la banda destruyó el cuartel de la Guardia Civil, los terroristas emplearon casi 100 kilos de explosivos.

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